OTRO ATAQUE A PERIODISTA EN VERACRUZ; UNA DE LAS PESQUISAS
Publicado el julio 28, 2011, Bajo Nacional, Autor MonaLisa.
Armando Ortiz, Carlos Juan Islas, Magno Garcimarrero, Nicanor Juanz, Juan Antonio Nemi Dib y Benjamín Garcimarrero, durante la presentación del libro Miccionario Ilustrado. (Foto Sergio Núñez)
Por: Armando Ortiz
Viernes Contemporáneo / Jueves 28 de julio de 2011 / http://elsenderodeveracruz.blogspot.com/
UN DURO GOLPE EN MI ESPINA DORSAL
“Porque soy como el árbol
talado que retoño,
aún tengo la vida”.
“Para la libertad” Miguel Hernández
Había pensado no escribir mi columna esta semana. En parte porque mis facultades mentales no estaban óptimas. Los cinco días después del martes he padecido de un suplicio extenuante. Pero el oficio, la obcecación y la voluntad me obligan hoy sábado a escribir, comunicar, declarar y sostener, como el Pereira de Tabucchi, ante un ministerio público.
El día lunes 18 de este mes, pasada la tarde, se presentó a mi departamento mi sobrino en compañía de un joven que decía querer conocerme. Me dice que lo conoció por casualidad y que le presumió tener un tío escritor. El otro, supuestamente interesado, pidió presentarme. Platicamos con él, le hablé de mi trabajo periodístico, de mis cuentos y le mostré la portada de los libros que he publicado. Después de eso se retiró muy amable, señalando que tal vez regresaría para otra jornada de pláticas.
El día martes regresé del gimnasio a las 9 de la noche, me acompañaba mi sobrino y cual sería nuestra sorpresa que poco después de la cena se presentó el mismo joven acompañado con otro de la misma edad, 19, 20 años. Al parecer el primero le había comentado al segundo de mis libros y querían escuchar de ello. Esta vez compramos unas cervezas y empecé a leer “El boulevard de los hombres solos”, cuento de mi libro La noche que murió River Phoenix. Leí también un fragmento de una novela que estoy terminando (ahora debo decir estaba) Y mientras tanto tú en París. Yo había decidido no tomar cerveza, pero a insistencias tomé una Indio. Ahora tiene sentido que uno de los jóvenes, en medio de la plática a cada momento fuera al sanitario y se llevara su cerveza en la mano, ahora que todo ha pasado, tiene sentido.
Para no alargar el asunto, en un descuido cambiaron nuestras bebidas, yo no me había terminado mi única cerveza pero después de tres sorbos que le volví a dar, quedé fulminado. No recuerdo más.
Mi sobrino me dice que cuando me vio somnoliento, pensó que estaba cansado del gimnasio y me llevó a mi habitación. Después de un rato, él quedó igualmente fulminado. A las 11: 30 de la mañana del día siguiente me desperté completamente mareado. Entre la bruma de mis pensamientos busqué a mi sobrino y lo encontré en la otra habitación con las cobijas encima. Traté de despertarlo, me cercioré de que sólo dormía y entonces fui a la sala donde me di cuenta que se había consumado un robo.
En un recuento de los daños nos percatamos que se habían llevado mi Ipad, mi teléfono celular, el aparato telefónico de casa, un Xbox , una chamarra de piel, un frasco de oxido nítrico, un galón de suero de proteína marca Dinamize, unos guantes de box, las llaves de mi auto, mis tarjetas de crédito, mi credencial de elector, una memoria USB, un cuadro de repujado de 75 cm. X 75cm. que tiene la imagen de una mujer que emerge de unos alcatraces y deposita en una fuente una flor de loto que es su alma; un colibrí sosteniendo el vuelo la contempla. Este cuadro me lo obsequiaron mis talleristas del Cereso de Pacho Viejo por los años que estuve compartiendo lecturas con ellos. Pero lo peor de todo es que se llevaron mi CPU Micro ATX mini TX serie 8102 Pixo.
20 años de trabajo reunidos en un disco duro de más de 300 gigas de capacidad. Se llevaron los respaldos de los libros que he publicado; las novelas que he estado trabajando: Nunca nos dijimos adiós, Y mientras tanto tú en París, El espejo de Medusa. Se llevaron el libro Todos estamos muertos, que ya había terminado para su publicación, se llevaron una adaptación al teatro de “La sala número 6 de Chéjov”, se llevaron cientos de artículos periodísticos que he escrito durante 20 años de trabajo en los medios. Se llevaron una parte importante de mi vida, me dieron un golpe en la espina dorsal.
He buscado entre los discos que tengo y he logrado recuperar algunos documentos. Los más recientes tendré que buscarlos en las páginas de Gobernantes.com y Crónica del Poder que acertadamente guardan una memoria de todo lo que les he enviado.
Inmediatamente acudí al Ministerio Público, a la agencia séptima a poner una demanda. Pido disculpas a los tres conductores que con mi auto golpeé por alcance y que al explicarles la razón de mi accidentado proceder comprendieron y hasta me desearon suerte. En el MP el licenciado Felipe Baizabal, que siempre se ha portado con profesionalismo y amabilidad, tomó mi declaración de manera diligente y me envió a periciales para que agentes especiales hicieran una inspección ocular, secuencia fotográfica y tomaran huellas dactilares, así como muestras de las sustancias que nos dieron a ingerir.
La denuncia consta en el oficio # 2935. Con este oficio nos dirigimos a la Agencia Veracruzana de Investigaciones donde el comandante Joel Castro Virgen escuchó atentamente nuestra declaración y de inmediato llamó a un agente investigador de nombre Iván, joven y avispado él, quien rápido nos sugirió solicitar a los bancos información de los lugares donde se usaron las tarjetas de crédito, especialmente en gasolineras donde hay cámaras de vigilancia. Según acabo de leer en la prensa, el primer comandante, Joel Castro Virgen, tiene fama de resolver casos difíciles.
Toda la semana se nos fue en bloquear tarjetas de crédito, en conseguir efectivo, en comprar una Lap Top para continuar mi trabajo, un teléfono para la casa y un celular para no perder mi número. Cambiar claves de correos electrónicos, Facebook y localizar teléfonos en agendas pérdidas.
Los amigos nos visitaron, comieron con nosotros, escucharon y nos amonestaron. Algunos sugirieron que todo lo sucedido podría ser un plan maestro de alguien que se ha sentido afectado por las denuncias y declaraciones que he realizado durante mi trabajo periodístico. Me recordaron el último artículo publicado en Newsver sobre el imperio burocrático de Leticia Perlasca. Yo no lo quiero creer, el plan sería demasiado elaborado.
Otros me dicen que debo dar gracias Dios y por supuesto doy gracias al Creador, porque seguramente en las bebidas que nos dieron agregaron gotas oftálmicas, Refractyl ofteno o Eye Mo que en dosis más altas nos hubieran provocado la muerte. Los cuatros días siguientes al robo estuvimos ebrios, cuando fuimos al doctor nos regañó pues debimos haber ido el primer día para que nos pusiera un suero y una medicina para contrarrestar el efecto en el hígado. Todavía me siento mareado y lo único que tomo es suero de sabor manzana y fresa.
Que cada quien piense lo que quiera, de ser este un robo común sólo me queda suplicar y esperar que los delincuentes, cuando se den cuenta de lo que tienen en manos lo respeten y si es su voluntad se pongan en contacto conmigo para devolverlo; me refiero a mi trabajo de 20 años; lo demás es lo de menos.
Pero no todo está perdido. Si como dicen algunos de mis amigos esto es obra de alguien que se ha visto afectado por mi trabajo periodístico, este artículo es constancia de que no lograron su objetivo. Nos sacarán los ojos, talarán nuestros brazos, pero dice el poeta Miguel Hernández sobre la libertad que no importa, “porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada. Retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado que retoño, aún tengo la vida”.
Después de pasar por una crisis de septicemia que estuvo a punto de llevarlo a la muerte, Jorge Luis Borges temió ver afectadas sus facultades mentales y creativas, y por eso escribió el texto “Pierre Menard, autor del Quijote”. Cuando terminó de escribirlo confiesa que lloró, pues se dio cuenta de que sus facultades mentales no se habían afectado.
Sin compararme con el argentino, soy incapaz de semejante blasfemia, releo este artículo que hace dos días consideraba imposible, y tampoco puedo evitar el llanto.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
EL CAMBIO ESTA EN TI Y EN MI….EL SENDERO DE VERACRUZ, ROMPIENDO EL CERCO INFORMATIVO.
aylin on abril 23, 2012
Hola muchas gracias me sirvio demasiado