Sobre El Montaje de la PGR en Iguala

Publicado el diciembre 15, 2014, Bajo Opinión, Autor Gloriamlo.

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Reflexiones / Luis Cardona / diario19.com
15 de diciembre de 2014

¿Qué le queda declarar a Jesús Murillo Karam, en defensa de lo que se erige como un Mega-Montaje sobre el caso Iguala?. Lo que abona ahora Anabel Hernández, no es cualquier cosa. Es una imputación clara a las fuerzas federales, que robustece la tesis del EPR a afirmar que la mano del Ejército está detrás de todo esto. Una acción contra-insurgente montada en la simplista idea de un Narco-alcalde de oposición dolido, con “Los rojos” de Ayotzinapa, no con “Los Rojos” del crimen organziado.

Un escenario ideal, donde el gobierno “Saving México”, elevaría más sus bonos en el extranjero, al “desenmascarar” a un gobierno de “izquierda” corrupto e impune.

La narrativa de los acontecimientos coincide con lo que devela. ¿ Quiénes son los expertos en desaparecer gente?; Los ejércitos. El Ejército Nazi una muestra del genocidio, entre otros. El mexicano no se diga. Aún no sabemos de mucha gente del 68, el 71, años anteriores y posteriores. Los únicos indicios es que soldados llegaban por ellos, y hasta la fecha, no se sabe su paradero.

Los vídeos de los celulares de los normalistas fueron claros desde el inicio. El Ejército estuvo con ellos. Omar García lo relata una y otra vez. “Soldados estuvieron con nosotros. “No lloren aguántese, ustedes se lo buscaron”. Imposible que Murillo Karam pueda dirigir una investigación sobre el 27 batallón de Iguala, que además fue disgregado por la República. Sus hombres salieron hacia otras fuerzas, el nombre sigue, pero no la gente.

Las inconsistencias se observan a distancia. No es necesario ser docto investigador forense para darse cuenta del montaje. La huida de los Abarca, su primaria detención en Veracruz, las órdenes del procurador de no difundir la historia, sobre los medios que cacharon la exclusiva y la explotaron en Internet. La “detención” nocturna, los reflectores de Televisa, con diferentes ropas, extrema calma, sin un grito, y la cara soberbia de la mujer de Abarca que sabe que el “debido proceso” es su mejor aliado y al menos por el caso de los normalistas no quedará presa. Su esposo está por otro crimen, no el de los normalistas, y a ella sobre el caso nada pueden fincar. Deben comprobar sus nexos con el crimen organizado, pero son los mismos, así que difícilmente cumplirá un año tras las rejas.

La mascarada ha sido expuesta. Televisa ha sido expuesta. En mi mente cada día escucho las palabras de Omar García en sus primeras narraciones, cuando está a un lado del corresponsal de Televisa en Guerrero, y le pide que grabe todo lo que está pasando como lo graban con sus celulares quienes están siendo acribillados, y el periodista le contesta “no puedo, porque me matan”.

Los primeros “tuits” durante la noche, advertían que había balaceras, que se estaban escondiendo. Pocos desvelados poníamos atención. Los “tuits”, se “retuiteaban”, hasta que el tamaño de la información fue creciendo, se subieron las primeras fotos, los vídeos. Entonces no quedaba duda, algo muy fuerte estaba sucediendo en Iguala.

Algunos de los desaparecidos, alcanzaron a enviar mensajes de texto, avisando que se los llevaban en patrullas. Otros que el ejército no les hacia caso. Finalmente los cuerpos quedaron tirados en la calle, uno de ellos sin rostro. Entonces dice Omar, ” Yo vi al compañero cuando le escupió en la cara a uno de los que se lo llevaron a un callejón. Luego estaba muerto, y no tenía cara”.

Después vienen las protestas, y todo esto como bola de nieve, con paso controlado por El Estado, llegó hasta la caída del Gobernador perredista, que tardó en darse cuenta en la que se metió, al fin, ex priísta, pensaba que todo pasaría y seguiría como si nada. Pero cayó.

Y de ahí el gobierno de Peña Nieto ya no supo cómo manejar la bola, que crece y crece. A momentos parece que se extingue, pero nuevamente toma forma y crece más. El “Montaje de Iguala” parece al fin quedar descubierto. No existen pruebas que demuestren ante un juez lo que sucede, porque nadie investiga al Ejército. Está Prohibido.

Entonces se explican los discursos de Cienfuegos y Soberón, las cosas están llegando a la milicia. Los expertos en desparecer gente. Cuando alguien es visto por última vez en manos del ejército, difícilmente regresa a casa.

Por eso Murillo, inventa basureros, llantas, huesos, ríos, alcaldes, esposas narcotraficantes, detenciones en demarcaciones de oposición. Fosas de otros muertos. Por eos los padres de los normalistas esperan tenerlos de nuevo vivos. El Ejército sabe entonces dónde están, pero no lo dirá. Murillo es quien dará la pista, quien dará la cara.

Qué revelador trabajo de Anabel. Atando Cabos, referenciando tiempos, enfrentando hipótesis.

Abusando un poco de los compañeros de Proceso, me atrevo a dejar aquí la liga del trabajo de Anabel y otro camarada que no conozco. Siguiendo la misma lógica. El culpable Fue el Estado.

Fuente: diario19.com
Post: Gloriamlo

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