Estados Unidos confirma 250,000 muertos por Covid-19 mientras los contagios se disparan

Publicado el noviembre 20, 2020, Bajo Internacional, Salud, Autor MonaLisa.


Es el país que más casos positivos de contagio por Covid-19 registra en el mundo y el único que ha pasado la barrera simbólica del cuarto de millón de víctimas mortales.

Con miles de familias de luto y otros que luchan por sus vidas en unidades de cuidados intensivos, las previsiones no son nada alentadoras para las próximas semanas. A pesar de la reticencia del Gobierno central y la negligencia para un cambio de mando, la nación vuelve lentamente al encierro.


Miembros del personal médico tratan a un paciente que padece la enfermedad por coronavirus (Covid-19) en la unidad de cuidados intensivos (UCI) en el United Memorial Medical Center el 14 de noviembre de 2020 en Houston, Texas. © AFP – Go Nakamura

Fuente: Andrea Amaya, France 24, 19/11/2020

Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia en el mundo. En las últimas semanas, el nivel de contagios no para de aumentar, lo que ha provocado que varios estados retomen las restricciones para tratar de contener la expansión del virus.

Pero los hospitales ya empiezan a desbordarse con la llegada de pacientes contagiados que deben ser ingresados a unidades de cuidados intensivos; las escuelas y comercios volvieron a cerrar en varios estados y el uso de mascarilla, la única protección probada, se impone en otros.

La nación ya suma 251.756 muertos por Covid-19, 11.647.756 contagiados y 4.348.089 recuperados según las cifras del contador independiente de la Universidad Johns Hopkins.

El balance provisional de fallecidos supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.

La temporada navideña se acerca y los expertos ya anuncian un probable empeoramiento de la situación con las celebraciones de la fiesta de Acción de Gracias. Y las soluciones aún no llegan a pesar de los esperanzadores anuncios de las farmacéuticas: los estadounidenses y el resto del mundo tendrán que esperar aún varios meses antes de la distribución generalizada de la tan anhelada vacuna.

Regresan las restricciones y los cierres obligatorios

Estados Unidos ha perdido a un cuarto de millón de sus habitantes por culpa del Covid-19 mientras la tasa de mortalidad por esta causa sigue subiendo sin control en gran parte del territorio.

El número de pacientes hospitalizados con coronavirus ha aumentado casi un 50 por ciento en los últimos 14 días, lo que ha afectado al sistema de salud del país y ha obligado a las ciudades y estados a imponer nuevas restricciones para frenar la alarmante propagación viral.

Según cifras de Reuters, este jueves casi 79.000 personas estaban siendo tratadas por la enfermedad en hospitales de todo Estados Unidos, la mayor cantidad de pacientes que se ha registrado durante la pandemia en un solo día.

Además, el brote se está expandiendo a gran velocidad en zonas urbanas donde se había mantenido controlado en los últimos meses, como sucede actualmente en la ciudad de Nueva York.

Los contagios aumentan y las libertades se reducen

El noreste de Estados Unidos, que durante meses logró controlar el virus después de la primera ola en abril, ha experimentado el aumento porcentual más alto en hospitalizaciones con un 85,4 por ciento en los últimos 14 días, según datos de Reuters.

El miércoles, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció el cierre de todas las escuelas públicas de la ciudad como medida de precaución ante el incremento de contagios.

A través de su cuenta en Twitter, el alcalde dijo que Nueva York “ha alcanzado el umbral promedio de prueba de positividad del 3 por ciento en 7 días. Desafortunadamente, esto significa que las escuelas públicas estarán cerradas a partir del jueves 19 de noviembre”. El estado de Nueva York registra actualmente 578.826 contagios y 34.187 muertes.

La gran manzana tiene el mayor distrito educativo de Estados Unidos. Su sistema educativo público acoge a más de un millón de alumnos y, hasta hoy, era el único de los grandes estados del país que había optado por la reapertura de las escuelas, con inicio de clases en septiembre.

En Minnesota, se ordenó el cierre de restaurantes, bares, gimnasios y lugares de entretenimiento hasta el 18 de diciembre. Según el Departamento de Salud de este estado, el total de casos positivos es de 249.906 y 3.066 muertes, lo que lo convierte en uno de varios estados perseguidos por las tasas de infección per cápita más altas del país.

En el vecino Wisconsin, los datos oficiales informan que el 90,2 por ciento de las camas de unidades de cuidados intensivos estaban ocupadas este jueves. Se han registrado hasta ahora 350.665 positivos y 2.939 fallecimientos.

No muy lejos, en el estado de Kansas, la tasa de pruebas positivas se acercaba al 60 por ciento la semana pasada. La gobernadora, Laura Kelly, emitió el miércoles un nuevo mandato para el uso obligatorio de mascarilla con la esperanza de disminuir la propagación del coronavirus.

“Hemos alcanzado una nueva etapa en nuestra lucha contra este virus, y la forma en que decidamos responder puede cambiar el rumbo de nuestras empresas, nuestros hospitales y nuestras escuelas”, dijo Kelly.

El desafío de Biden antes de su llegada a la Casa Blanca

Con este complejo contexto, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, empezó a trabajar en su plan para combatir la pandemia de Covid-19. El demócrata cuenta con el apoyo de todo un grupo de expertos en el tema, sin embargo, a pesar de los esfuerzos, sigue sin recibir la aprobación para que su equipo trabaje con las agencias que deberá supervisar a partir del 20 de enero, día de la toma de posesión del nuevo gobierno.

La Administración de Servicios Generales (GSA en inglés) es el organismo encargado de determinar el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre. Este es uno de los requisitos para entregar fondos y recursos al ganador, pero hasta ahora es algo que no se ha hecho.

Y la actitud del presidente saliente Donald Trump ante la evidente victoria de Biden es la de no aceptar su derrota. El republicano no quiere ceder y sigue insistiendo, sin pruebas, en que hubo fraude en el conteo de votos en varios estados y ha desencadenado una serie de demandas que los jueces han rechazado en su mayoría.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, durante una conferencia virtual con miembros de la Junta Asesora de Transición Covid-19 en Wilmington, Delaware, Estados Unidos. 9 de noviembre de 2020.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, durante una conferencia virtual con miembros de la Junta Asesora de Transición Covid-19 en Wilmington, Delaware, Estados Unidos. 9 de noviembre de 2020. © Jonathan Ernst / Reuters
Para Biden, esto representa un retraso en su lucha contra la pandemia, pero la Administración Trump quiere esperar hasta que haya un recuento completo de votos en algunos estados clave.

El plan del demócrata para vencer al Covid-19 está compuesto por diferentes estrategias, entre las cuales está la distribución de todos los suministros necesarios para realizar diagnósticos, el pago de bonificaciones a los trabajadores de la salud, licencias de emergencia pagas y acceso a servicios de salud mental, entre otros.

El presidente electo ha considerado como “catastrófica” la gestión de Trump durante la pandemia. El magnate ha animado el consumo de medicamentos que no están aprobados, no ha promovido el uso de la mascarilla e incluso ha hecho caso omiso a los consejos del doctor Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas de EE.UU., quien ya se sabe seguirá siendo el consejero médico de la Administración Biden.

Con Reuters, EFE, AP y medios locales

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