A 18 años del desafuero de López Obrador, juzgado por representar un cambio verdadero

Publicado el abril 9, 2023, Bajo AMLO, Autor MonaLisa.

Años después la autoridad declaró que era improcendente la demanda judicial contra el jefe de gobierno.

En septiembre de 2003 la sala segunda de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó por unanimidad de votos dejar sin efectos la resolución judicial por la cual se ordenaba cesar los trabajos hechos en los predios expropiados en El Encino, y que fue tomada por la Procuraduría General de la República (PGR) como la base para acusar al Jefe de gobierno de desacato, al ser esto cuestionada por la prensa la autoridad ministerial, a propósito de la cruzada empeñada en consumar el desafuero, ésta rehusó responder a por qué de todas maneras prosiguió en su acusación contra el titular del gobierno capitalino.

La resolución tomada por la corte fue presentada por el ministro Genaro David Góngora Pimentel y acompañada por los ministros Sergio Salvador Aguirre Anguiano y Guillermo Ortiz Mayagoitia. En esta misma revisión que hiciera la corte se desestimaron los señalamientos que hiciera la PGR de que las obras en proceso llevadas por el gobierno capitalino eran inviables, por ser tales señalamientos insuficientes y no cumplir con los requisitos exigidos de ley

La historia completa

“A mí me van a desaforar, me van a encarcelar y me van a despojar de mis derechos políticos por haber intentado abrir una calle para comunicar un hospital, ahora resulta que los defensores del derecho supremo del privilegio han convertido en un grave delito, una supuesta infracción jurídica que amerita despojarme del cargo que legal y legítimamente me fue otorgado por los ciudadanos del Distrito Federal”, dijo en la tribuna de la Cámara de Diputados, el entonces jefe de gobierno.

“Ustedes me van a juzgar pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia. ¡Viva la dignidad, viva México!” finalizó su discurso ante la Cámara de Diputados, Andrés Manuel López Obrador.

En el año 2000, por primera vez había ganado la alternancia en la presidencia, el Partido de Acción Nacional (PAN) había vencido al Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que había gobernado por 71 años; un momento en el que el país vivía grandes expectativas que terminaron en decepción, donde se registraron casos de corrupción que tuvieron como protagonistas a la familia del entonces presidente Vicente Fox.

“Estoy orgulloso de ser acusado, por quienes engañaron al pueblo de México porque les ofrecieron un cambio y mintieron por quienes aliaron a los personajes más siniestros de la vida pública del pasado como Carlos Salinas de Gortat y mantienen la misma política de siempre”, pronunció Andrés Manuel López Obrador en su discurso de desafuero, cinco años después.

En 2005, un caso que parecía no tener mayor trascendencia, se convirtió en un proceso jurídico que terminó en el desafuero del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, en una causa legal calificada como una maniobra para quitarlo de la carrera presidencial que se aproximaba frente a la clara ventaja que mostraba en las encuestas.

“Muy poco voy a argumentar en términos jurídicos sobre la falsedad de este juicio. Tengo la certeza absoluta de que no se me juzga por violar la ley sino por mi manera de pensar y actuar y por lo que pueda representar junto con otros mexicanos para el futuro de nuestra patria. Quienes acusan, son los que se creen dueños y señores en México, son los que en verdad dominan y mandan en las cúpulas del PRI y del PAN, son los que manejan el truco de llamar populismo, paternalismo, a lo poco que se destina en beneficio de las mayorías (…) son ellos los que tienen mucho miedo a que el pueblo opte por un cambio verdadero y ese miedo cobarde de perder privilegios los lleva a tratar de aplastar a cualquiera que atente contra sus intereses y proponga una patria para todos”.

El hoy presidente López Obrador fue acusado de desacato a la resolución de un juez por permitir la apertura de una calle para acceder a un hospital.

El problema inició en noviembre de 2000, cuando el gobierno del Distrito Federal, encabezado por Rosario Robles, realizó la expropiación del predio “El Encino” donde el gobierno demostró que la extensión alegada por el dueño no correspondía a la escritura pública.

Posteriormente, Federico Escobedo quien se ostentó como el dueño, fue asesorado por Diego Fernández de Cevallos en un juicio contra el entonces jefe de Gobierno capitalino, López Obrador.

“A mí me van a desaforar, me van a encarcelar y me van a despojar de mis derechos políticos por haber intentado abrir una calle para comunicar un hospital, ahora resulta que los defensores del derecho supremo del privilegio han convertido en un grave delito, una supuesta infracción jurídica que amerita despojarme del cargo que legal y legítimamente me fue otorgado por los ciudadanos del Distrito Federal”, dijo en la tribuna de la Cámara de Diputados, el entonces jefe de gobierno.


El pueblo se desbordó en ese entonces en apoyo de AMLO en la Marcha del Silencio

En 2003, la Procuraduría General de la República (PGR) acusó al jefe de Gobierno de desacato.

En su discurso de defensa ante 489 de 500 diputadas y diputados de la Cámara baja, López Obrador hizo un recuento del proceder del gobierno y las inconsistencias del proceso.

“Por eso, con seguridad y firmeza desde esta tribuna, aunque no sea la máxima tribuna, acuso al ciudadano presidente de la República, Vicente Fox Quesada, de estos procedimientos deshonrosos para nuestra incipiente democracia, lo acuso de actuar de manera facciosa con el propósito de degradar las instituciones de la República, acuso también por complicidad al presidente de la Suprema Corte de Justicia”.

Con la consumación del desafuero, los medios internacionales se mostraron en contra, también se vendría la organización de un movimiento de resistencia civil pacífica, lo que provocó manifestaciones masivas y la “Marcha del Silencio”, la mayor concentración cívica en la historia del país. Tres días después, la presidencia concedió un indulto al jefe de Gobierno.

“Ustedes me van a juzgar pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia. ¡Viva la dignidad, viva México!” finalizó su discurso ante la Cámara de Diputados, Andrés Manuel López Obrador.

A 18 años de esa confabulación política entre el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el presidente López Obrador compartió el discurso de aquella ocasión para los jóvenes ‘que apenas estaban naciendo’.

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