¿Fascismo golpista en Venezuela?
Posted on febrero 22, 2014, under Internacional, Opinión, Política.
Por: Octavio Rodríguez Araujo
Regeneración, 20 de febrero 2014.-Paulina Rubio (México), Carlos Vives (Colombia) y Alejandro Sanz (España) expresaron su apoyo a los opositores de ultraderecha en Venezuela. No sorprende. El ex candidato presidencial Henrique Capriles ha sido más cauto, aunque poco preciso, al decir que los civiles no dan golpes de Estado. En esto tiene razón, pero lo que no dijo es que los civiles suelen patrocinar los golpes de Estado; todos sabemos que los golpes de Estado no se preparan en los cuarteles militares sino que se auspician desde fuera, normalmente dividiendo a las fuerzas armadas para que una facción derrote a la otra.
Lo que ha estado ocurriendo en Venezuela en los últimos cuatro días se parece, pero no es igual, a lo que pasó el 11 de abril de 2002. En general y desde hace décadas los golpes de Estado en América Latina han sido precedidos por medidas desestabilizadoras. La CIA ha sabido muy bien cómo lograrlo y ha tenido éxito en Guatemala (1954), en Brasil (1964), en Chile (1973) y en otros países, aunque en algunos no tuvo los mismos resultados. Decenas de libros han documentado las incursiones de Estados Unidos, mediante la CIA, en América Latina y en otros continentes para tumbar gobiernos que no le son afines y poner a quienes les sean sumisos y ventajosos. Ocioso sería, a estas alturas, tratar de fundamentar lo que está más que probado.
¿Es la CIA la que está detrás de los inconformes de derecha en Venezuela? Es probable, pero no es seguro. En realidad, los cabecillas de las últimas manifestaciones callejeras en ese país no representan a toda la oposición que tiene Nicolás Maduro. Hasta donde se sabe, se trata de expresiones minoritarias bien articuladas pero no necesariamente un serio peligro para la precaria estabilidad del gobierno actual. La principal oposición que tiene Maduro reside en amplios sectores de la población que obviamente están inconformes con la altísima inflación, la inseguridad, la escasez de ciertos productos básicos, la censura en los medios y redes sociales y la existencia de grupos armados de los cuales tímida y elípticamente se ha deslindado Maduro muy recientemente.