Crecimiento promedio del PIB de 1.8 %; EPN lejos del 6 % prometido

Publicado el septiembre 10, 2015, Bajo Noticias, Autor LluviadeCafe.

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REVOLUCION 3.0
A 48 horas de que se presentara el Paquete Económico del próximo año, mismo que se publicitó con una base cero inexistente, el titular del Ejecutivo se apresuró a despejar panoramas que podían en su momento ser temas en los próximos debates dentro de las Cámaras.

Así, tanto el tema de la “casa blanca”, del reacomodo del gabinete con vistas a la sucesión presidencial, lo referente a sus relaciones maritales y por supuesto con su salud, fueron desmentidos en el lado en el que han tenido gran difusión. Ni está enfermo, ni tiene enfrentamientos dentro de su matrimonio, ni realizó los cambios porque alista su relevo y menos aún hubo conflictos de intereses en lo relacionado con las propiedades sino, más bien, puntos de vista diferentes. Y con eso, con un par de entrevistas que tienen estos contenidos se supone que habrá que retomar la confianza perdida, que no es poca.

Este paquete presentado merece ser analizado concienzudamente en las próximas líneas ya que, sabido es, levantará ámpula, sobre todo en renglones que marcan si podemos esperar una buena administración con menores recursos o seguirá de moda el brutal endeudamiento, con cargas tributarias que hablan de una sociedad que cuenta con tantos recursos económicos que le permiten pagar porcentajes muy elevados a cambio de sólo promesas, sin que esas erogaciones las vean convertidas en mejores servicios, en infraestructura, en una disminución de la pobreza pero con responsabilidad y no sólo como un elemento que permita una calificación con la cual se obtienen los créditos que solicitan.

Como se ha visto, las expectativas económicas del país no mejoran y las dificultades internas y externas tienden a agudizarse para el próximo año. El crecimiento económico cercano al 3 por ciento del PIB es muy difícil de lograr con las políticas económicas aplicadas hasta el momento, no obstante la propaganda difundida sobre los beneficios de las reformas estructurales que aún no se ven. Los riesgos externos son muchos y están fuera de control de los tecnócratas neoliberales. A lo que se suma la austeridad del gasto gubernamental y la ineficiencia interna, que día a día restringe las oportunidades de crecimiento, ahoga al empresariado y produce todos los días miles de pobres.

Las dificultades económicas complican a Enrique Peña Nieto el escenario de la sucesión presidencial para 2018, para el cual ya movió sus piezas en los recientes enroques y cambios en su gabinete de gobierno y colocó en primera línea a dos de sus caballos de batalla, Aurelio Nuño y José Antonio Meade, en la SEP y Sedesol, respectivamente, junto a sus principales alfiles Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Segob, y Luis Videgaray, al frente de la SHCP. No hay que pasar por alto que en la línea priísta no está descartado el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, y otros dicen que tampoco el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Es una baraja abierta que se irá cerrando conforme se acumulen los fracasos en materia política y económica. Todo ello pese a la declaración emitida por el mexiquense de que aún no se tienen enfilados los posibles candidatos.

El gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) envió al Congreso el Paquete Económico 2016, que incluye las iniciativas de Ingresos y Gastos del Sector Público, así como el documento de Criterios Generales de Política Económica, bajo un concepto de “base cero”. Destaca el compromiso de no establecer nuevos impuestos ni incrementar los actuales, y que la caída esperada de los ingresos, particularmente de los petroleros, no se traducirán en mayor endeudamiento público, a fin de mantener un déficit fiscal moderado. También la nueva normatividad de que Pemex no pagará dividendos al Estado, lo que deja sin efecto uno de los cambios introducidos en la reforma energética que obliga a la empresa petrolera a entregar al menos 30 por ciento de sus ingreso después del pago de impuestos. Todo esto puesto en un papel que, visto está, es lo que aguanta todo, hasta firmas con los Notarios.

La apuesta del gabinete económico de Peña Nieto sigue centrada en el éxito de las reformas estructurales, en el diseño de un proyecto con la intervención del Banco Mundial. Se proyecta alcanzar un crecimiento del ¿3 por ciento? del Producto Interno Bruto (PIB), no obstante que el gasto público habrá de ajustarse a la realidad de los ingresos, lo que provoca un escenario de crecimiento muy bajo para el año que entra. No hay que pasar por alto que en lo que va de la presente administración el crecimiento promedio del PIB se ubica en 1.8 por ciento, muy lejos de la promesa y compromiso de Enrique Peña Nieto en su campaña presidencial de 5 y 6 por ciento del PIB.

La divisa nacional seguirá por arriba de los 17 pesos por dólar, debido a un entorno externo complicado, y cuya revalorización se dificulta por el bajo crecimiento económico. Al escribir estas líneas, en instituciones bancarias de la Ciudad de México, el dólar libre se vendía en un precio máximo de 17.33 pesos, sin cambios respecto al cierre del lunes, y lo compraban en un mínimo de 16.05 pesos.

Por lo que se refiere al precio de la mezcla mexicana se estima en ¿49 dólares por barril?, en línea con la cotización que se protegió con las coberturas petroleras de agosto. La plataforma de producción de crudo se estima en 2.2 millones de barriles diarios. Por cierto que el cozumeleño Pedro Joaquín Coldwell, titular de la Sener, salió este martes a puntualizar que para México no sería opción recortar producción de crudo en este momento y aclarar que el gobierno no ha sido contactado por países miembros de la OPEP u otros productores para hablar sobre mercado petrolero.

No se puede seguir creciendo con más deuda, por lo que debe disminuirse el déficit fiscal. Es indispensable mantener sanas las finanzas públicas. No se puede apostar a un gasto creciente. Otro problema interno podría ser vía deterioro de la percepción de disciplina fiscal, además de que existe el riesgo de una aceleración de la inflación resultado del traspaso cambiario, lo que podría llevar a un aumento significativo de las tasas de interés locales.

La política fiscal debe ser modificada para que realmente se convierta en una política impulsora de la inversión y el empleo. No puede limitarse a reducir el gasto público por los bajos precios del petróleo. Tiene que favorecer la inversión y el empleo para poder tener mayor crecimiento económico. El gasto público además de recortarse debe eficientarse. Debe superarse la corrupción y la impunidad al más alto nivel y tener mejor rendición de cuentas y honestidad en el manejo de los recursos públicos, lo que seguramente sería mucho pedirle a una clase política cleptómana.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, aunque ha perdido el respaldo de 7 de cada 10 mexicanos, cuenta con una cómoda mayoría en el Congreso de la Unión, por lo que puede promover y obtener las aprobaciones que necesita, hasta incluso cambiar de sentido el texto constitucional, como lo hizo en su primer año de gobierno.

COMPLICADO PANORAMA INTERNACIONAL

En el ámbito internacional preocupan la próxima alza en las tasas de interés por parte de la Fed estadounidense, una desaceleración de China y menores precios internacionales del crudo, que combinado con menor producción de hidrocarburos en el país ocasionará un deterioro mayor del gasto del gobierno, lo que a su vez tendrá un efecto negativo en el crecimiento de corto plazo. Aunque se mantiene la pregunta sobre cuándo y cuánto subirá la tasa referencial de la Fed, los especialistas esperan que la tasa de referencia del Banco de México se ubique en 4 por ciento al cierre de 2016. En cuanto la Fed suba su tasa de referencia se verá una reversión de flujos hacia el dólar que puede encarecerlo aún más y pegarle la competitividad de la manufactura americana.

El punto flaco aquí es la tenencia de valores gubernamentales en manos de residentes en el exterior. Hay alrededor de 130 mil millones de dólares, es decir, el 36 por ciento de la deuda total en pesos. ¿Qué nivel de fuga de capitales puede aguantar el país? Otro factor adverso en este tablero internacional es el regreso de Irán al mercadeo internacional de petróleo. Los persas pueden meter al mercado hasta cuatro millones de barriles diarios de petróleo, lo que hundiría más los precios del hidrocarburo

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